Aquí está la entrevista con el prestigioso escritor peruano Jorge Benavides, que hicimos en el Café del Nuncio de Madrid, en la que charlamos de su obra, de su infancia futbolera y de la Copa América que empezara en Chile el 11 de Junio.
Primero de todo una pregunta dirigida sobre todo al gran público que no le conoce, ¿Quién es Jorge Benavides y como se definiría?
Soy un escritor peruano, firmo como Jorge Eduardo Benavides, uso los dos nombres no por una cuestión telenovelistica o de culebrones, sino por una larga historia, que vive en España desde hace veinticinco años, que acaba de cumplir cincuenta y que posee la doble nacionalidad por lo que me considero plenamente hispano-peruano, al que le apasiona la literatura y que ha hecho de la misma el centro de su vida, no en el sentido romántico, sino como lo que es, un oficio al que hay que dedicarle tiempo, ganas, entrega….
¿Cómo es su obra y que influencias tiene?
Tengo muchísimas influencias. Mis primeras influencias son de escritores hispanoamericanos como José Donoso, Julio Cortázar o Mario Vargas Llosa…, pero también tengo influencias de escritores españoles que fui conociendo poco a poco aquí durante estos veinticinco años que llevo en España, pero que ahora probablemente lo han dejado de ser, puesto que son los primeros “sprints” con los cuales uno se identifica con la literatura. Ahora no es que no reconozca influencias, sino que como llevo mucho tiempo escribiendo, no siento que tenga alguna influencia, sino que hay un tamiz completo de lecturas sobre las que puedo tener algunas preferencias pero que ya no son influencias.
Si no recuerdo mal lleva veinticinco años en España.
Si, así es. De esos veinticinco años, los primeros diez o doce años los pase en Tenerife, un territorio realmente precioso.
¿Qué parte de su obra tiene influencia española y que parte de su obra tiene influencias de su juventud vivida entre Arequipa y Lima?
Mitad y mitad como para todo ¿no? Estoy más o menos en la mitad de mi trayectoria y con cincuenta años es muy difícil no pensar en la mitad de mi vida, además teniendo en cuenta que para mí se mezcla todo, puesto que considero a los hispanoamericanos como españoles solo que viven un poquito más lejos. Soy una persona que se siente muy peruana, pero que también se siente muy española, no en vano llevo la mitad de mi vida aquí.
¿Qué te hizo dedicarte a los libros en una nación tan futbolera como Perú?
Creo que no son cosas incompatibles, de hecho yo me dedique durante mucho tiempo al futbol ya que jugué en las divisiones inferiores de Sporting Cristal. En mi vida, desde los once años hasta casi los dieciocho, pase mucho tiempo en un campo de futbol, no solo jugando sino entrenando, pero nunca fue incompatible con el hecho de estudiar y de que me gustara leer y la literatura. Lo que ocurre es que en Perú tenemos graves deficiencias educacionales, es un sistema muy clasista, por lo que mi mundo del futbol era radicalmente antagonico al mundo de la literatura, los amigos con los que jugaba al futbol eran chicos que venían de barrios muy desfavorecidos. Entonces era como una dicotomía absoluta ¿no?
Mi mundo de leer a esos escritores que empezaba a descubrir como Borges o Vargas Llosa, no tenían nada que ver con mi mundo futbolístico. Dicho de otro modo no se cumplía en mi eso de ser un ratón de biblioteca o un empollón con respecto al futbol puesto que compatibilizaba muy bien ambos mundos.
¿Tenias condiciones para haber llegado a primera?
Yo creo que sí, de hecho con diecisiete años recibí la oferta de un club profesional, de la segunda división peruana, pero en ese momento yo entre a la universidad y debía decidir si continuar mi carrera futbolística o dedicarme al mundo académico y la decisión era evidente. De hecho dos años después de esto un día me encontré con un amigo que jugaba al futbol conmigo. El apareció con su coche deportivo y yo fui al encuentro en autobús, me dijo “ya ves lo que significa dedicarse al mundo académico” porque él se dedico al futbol, un mundo que es muy complicado. Pero si puedo decir que fui un portero que fui avanzando poco a poco en su carrera. No sé si hubiera sido un buen jugador profesional, pero si puedo decir que tuve una oferta de un club profesional lo que para mí es un orgullo.
¿Alguna anécdota que recuerdes de tu periplo futbolístico?
Si, evidentemente que hay algunas. En contra de lo que debería decir, recuerdo cuando un equipo boliviano nos hizo seis goles en el Estadio Nacional de Lima, y a mí me toco recibirlos, pero lo que ocurrió fue que esos chicos de Bolivia no tenían partida de nacimiento y nos sacaban cinco o seis años de edad por lo que fue un pundonor tratar de atajar aquella marea boliviana. También recuerdo multitud de anécdotas con los futbolistas que admiraba y que venían de jugar el mundial de Argentina´78, ya que la base de aquella selección peruana jugaba en el Sporting Cristal, así como una buena relación con el portero de aquel entonces Horacio Ramón Quiroga, argentino nacionalizado peruano, que me regalo sus guantes lo que para mí fue un trofeo absoluto.
Tu carrera literaria comenzó a finales de los ochenta, ¿Por qué te ha costado tanto dar este paso hasta llegar aquí?
Porque es difícil. Ese primer libro tan juvenil que publique en Perú, significo en ese momento una ruptura con mi país. Estamos hablando de una época que probablemente sea incomprensible para michos jóvenes, que es eso que ocurre entre Carlo Magno y twitter, que significa que no hay internet, nada más. Yo me vine a España a dedicarme a ser escritor en una época en la que no había internet y por lo tanto el tiempo es mucho más largo y complejo en ese sentido. Escribí primero ese libro de relatos y luego me prepare para escribir una novela que fue Los años inútiles, publicada por la editorial Alfaguara, con bastante buena recepción por parte de todos, pero paso mucho tiempo porque mi primera estancia en Tenerife significo que me buscara la vida. Yo no vine aquí con becas o trabajos, sino que vine aquí a pelearla, trabaje en la construcción o lavando platos por ejemplo, hasta que pude más o menos establecerme en Tenerife.
Repasando un poco su obra vemos que escribe sobre ambientes muy dispares, desde los últimos años del gobierno de Alan García, que fueron dificilísimos para Perú, hasta ambientar tu última novela en el s.XIX ¿Cómo consigues alternar tan bien escenarios tan aparentemente dispares?
Bueno, la verdad no sé si lo hago tan bien, lo que si se es que me interesa mucho el cambio. Yo escribo de las cosas que me apasionan y el mundo de la literatura tiene muchas vertientes. Al principio en Perú me consideraban un escritor político puesto que mis tres primeras obras eran meramente políticas. Yo les decía que esperaran y que me dieran un tiempo y efectivamente luego escribí otro tipo de libros, como por ejemplo La paz de los vencidos, que cuenta las vivencias de un inmigrante peruano en Canarias, además de novelas históricas…, además sigo explorando otros terrenos. No creo que los escritores deban ceñirse a un solo mundo, por lo menos en mi caso puesto que creo que lo importante no son los escritores sino la literatura.
El enigma del convento, tu última obra, te ha dado el XXV premio Torrente Ballester ¿Sientes que tu carrera ha dado otro paso adelante?
No lo sé, el premio Torrente Ballester es un gran premio y para mi es un absoluto honor haberlo recibido puesto que grandes escritores lo han recibido anteriormente. Además tiene gran solera, no en vano ha cumplido veinticinco años, pero en las carreras de los escritores no existen tanto los premios, eso es algo externo a nosotros, en nuestra carrera solo existe la próxima novela.
¿Qué sentiste al cosechar críticas tan buenas?
Las críticas hay que tomarlas con mucha cautela, sobre todo las buenas, porque pueden hacer pensar que estamos haciendo bien las cosas y ese es el primer escalón hacia abajo. Yo procuro que no me afecten. He tenido la suerte de cosechar mas criticas positivas, pero llegaran las críticas negativas, como en todo. La critica interesa al lector, a quien va a leer, obviamente me halaga tener buenas críticas y me duelen las malas pero procuro que pasen rápido, sobre todo las buenas porque son efímeras y a mí lo que me gusta es escribir.
¿Qué está preparando para su próxima obra?
Otra novela historia, estoy terminando una novela que ocurre en el Madrid del s.XIX, época que me atrae mucho y que los españoles han olvidado, en la que sucede la primera guerra civil española (1833-39).
Aparte de escribir tus propias novelas diriges un taller literario ¿Cómo surgió la idea, que hacéis en el, a quien va dirigido?
Hace muchos años que me dedico a los talleres literarios, pero desde hace un tiempo me dedico a una tarea aun más apasionante, que es ser asesor de novelistas, es decir trabajo con gente que está escribiendo novelas, viendo como estas salen adelante. El taller está dirigido a indagar en la parte de fontanería y construcción de las novelas puesto que escribir es un oficio, como cortar jamón y esto no se aprende en la universidad. A ser buen escritor se aprende leyendo y escribiendo, y las asesorías están orientadas a esto, a decir a los escritores lo que está bien y lo que está mal y el porqué.
Los partidos de estos torneos suelen ser actos sociales, se ven con amigos, se baja al bar a verlos, se hace un asado… ¿Dónde sueles verlos y con quién?
Los escasos partidos que veo ya últimamente, los suelo ver con amigos y los disfrutamos mucho. Sigo disfrutando muchísimo del fútbol y los veo en casa. Tengo un gran amigo y mejor escritor aun que es Ernesto Pérez Zúñiga con el que vinos aquella maravillosa final de Sudáfrica y lo pasamos muy bien con ese equipo español que era maravilloso por su pundonor. Fue muy emocionante ese partido, con una España que valía muchísimo la pena ver, que ganaba gracias a su trabajo y esfuerzo y que tenía a algunos jugadores notables, el primero Iker Casillas que significo mucho para nosotros, recordemos por ejemplo ese mano a mano con Robben. España me gusta porque representa el amor por el fútbol. Tengo amigos que van a ver los partidos los bares, alguna vez fui con ellos, no tengo preferencia alguna puesto que el fútbol convoca amigos y es una cosa maravillosa para ver.
De cara a la Copa América, como ves a la selección peruana. ¿Crees que podrá repetir el resultado de 2011 (fue tercera cuatro años atrás en Argentina)?
Creo sinceramente que no. A Perú le pasa a otro nivel lo que le pasaba a España que siempre se quedaba fuera en cuartos de final. El sino de Perú es aquella manida frase de “jugamos como nunca y perdimos como siempre”, de hecho hay una broma que hacíamos cuando escuchábamos los partidos por la radio que era la frase “avanza Perú, gol de Brasil”. Tenemos grandes individualidades en el mundo de la cultura, de la música y también del fútbol pero que no funcionan como equipo, quizá falte un poco de sentido de nación, de proyecto común como diría Ortega y Gasset. Esto ha pasado siempre, salvo pequeños chispazos Perú nunca ha sido una selección a tener en cuenta en el panorama internacional, a pesar de lo que creen los peruanos. Nosotros vamos a cumplir en veinte años, un siglo de decir que no ganamos las Olimpiadas de 1936, porque Hitler vio a un montón de negros jugando al futbol y no quiso. Ya está bien ¿no? Avancemos un poco.
Aparte de la selección peruana, que te gustaría ver en el torneo ¿La Argentina de Messi, las filigranas de Neymar, a la selección chilena que siempre intenta jugar al fútbol?
A mí me gusta mucho Chile, es la selección que más se parece a España en ese sentido, son aguerridos, tozudos, tienen alguna buena individualidad pero básicamente funcionan como equipo, podría compararse a lo que están haciendo los colombianos estos últimos años. Los argentinos y brasileños siempre han sido campeones y tenido grandes generaciones de jugadores.
¿Qué jugador le recuerda a algún personaje de sus libros?
¿Qué jugador me gustaría que recordara a algún personaje de mis libros? De los actuales Messi evidentemente, pero creo que en el fondo mi literatura sería mucho más constante y rocosa, por lo que veo a un jugador como Xavi más cercano a los personajes de mis libros.
¿A qué jugador le harías una novela contando su vida?
Hay muchísimos, pero escribiría sobre todo la historia de Horacio Quiroga. Creo además que indagar en la vida de los futbolistas es interesante, salvo en la de aquellos que son de cartón piedra. El mundo intimo de los futbolistas es tremendamente complejo, no en vano son gente jovencísima sin un respaldo socio-económico previo para enterarse de lo que viven. De hecho son víctimas de su éxito como personas, ya que el mundo del fútbol se ha convertido en un negocio, con sueldos y traspasos realmente mareantes. Recuerdo que la primera sensación parecida fue cuando se pagaron diez millones de dólares por Maradona, fue una noticia que excedió todo. Hoy en dia se pagan diez millones de dólares por un futbolista medio, de hecho más de una vez me plantee si seguir viendo fútbol, puesto que dejando de lado a los futbolistas y el juego es casi obsceno saber que son veintidós millonarios dando patadas a un balón, cosa que es cierta, pero lo obsceno realmente son las cifras, no su trabajo. El futbol se ha escapado a todo control y su gran problema son los representantes y presidentes de los clubes, los futbolistas son solo los objetos idóneos para sus negocios.
Muchos futboleros ven a los libros con recelo ¿Qué les dirías para atraerlos al mundo académico?
Que el fútbol es básicamente inteligencia y que un derivado de la inteligencia es la cultura y que uno de estos es leer. Y un partido de fútbol se disfruta más con el conocimiento que nos da este bagaje. El futbol es parte de nuestra herencia cultural nos guste o no y por lo tanto leer más nos hará disfrutar más del juego. Quien solo ve el fútbol de una manera alejada de la cultura, termina siendo un “hooligan” y el fútbol es un deporte exquisito, lleno de cultura y conocimiento que pierde sentido cuando se divorcia de la inteligencia puesto que caeríamos en el tópico de decir que el futbol es una persona dando patadas a un balón, cosa incierta. Un jugador que corre a 25 o 30 km/h y que lanza la pelota a cuarenta metros de distancia a los pies de otro, es de una precisión que solo ejecutara dentro de unos años el software mejor diseñado.
Si tuvieras que escribir un libro sobre lo que es la Copa América, o un mundial ¿Cómo lo enfocarías?
Intentaría mostrar cómo viven los futbolistas y sus familias, amigos esos momentos previos, que es lo que sienten, como lo viven, la preparación que conlleva un partido. Habría una gran historia de esos futbolistas que están a punto de salir al campo y piensan en la madre o el padre. También contaría el miedo escénico de los futbolistas, así como la previa y los momentos posteriores a la victoria en un gran torneo. Recuerdo que Fillol (portero de River Plate), ganador del mundial´78, cuando volvió a su club, en su primer partido le toco jugar contra Newell´s Old Boys de Rosario, era un partido con un campo embarrado y en el minuto treinta y uno le metieron un gol por debajo de las piernas. ¿Qué siente un portero que acaba de ganar la copa mundial de la FIFA, cuando al siguiente partido recibe un gol por debajo de las piernas? Esa es la historia.
Una última pregunta, ¿Quién va a ser el campeón y quien el finalista?
No me atrevo a asegurar un pronóstico, quizá por su futbol actual veo a Argentina como campeona, me da pena que Perú no llegue a estas rondas finales salvo sorpresa, pero es que no veo opciones reales de que pueda llegar a esos partidos. Me tiene muy desanimado el fútbol peruano, de hecho trato de no verlo. Tengo amigos que lo ven y les interesa, gente de mi edad a la que le digo “no tenemos suficiente escarmiento que no hacemos más que sufrir”.
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