Hoy en nuestro serial vintage, sobre la Copa América, viajamos hacia el año 1991, concretamente al inicio de la segunda fase que reunió a las cuatro mejores selecciones que jugaron una liguilla bajo el formato de todos contra todos a una vuelta, en el que se enfrentaron Argentina y Brasil, que eran las dos grandes favoritas al triunfo final y que se encontraban en un partido que a la que perdiera la apartaba prematuramente de la carrera por el titulo.
El partido no decepciono, fue un clásico con letras mayúsculas, jugado de poder a poder, muy tenso y de pierna muy fuerte, amen de polémico, no en vano hubo cinco expulsados además de un sinfín de trabajo para el paraguayo Carlos Maciel, arbitro de la contienda. El partido, jugado en el Estadio Nacional de Santiago, comenzó muy fuerte, apenas transcurrido un minuto de juego Darío Franco adelanto a los dirigidos por Alfio Basile con un remate de cabeza de libro de texto, a la salida del primer saque de esquina del partido, ante el que Taffarel nada pudo hacer. La respuesta brasileña no se hizo esperar, Branco con un tiro libre majestuoso, puso el balón en la escuadra de la meta de Goycoechea, restableciendo así la paridad en el electrónico para los de Falcao.
El partido no decepciono, fue un clásico con letras mayúsculas, jugado de poder a poder, muy tenso y de pierna muy fuerte, amen de polémico, no en vano hubo cinco expulsados además de un sinfín de trabajo para el paraguayo Carlos Maciel, arbitro de la contienda. El partido, jugado en el Estadio Nacional de Santiago, comenzó muy fuerte, apenas transcurrido un minuto de juego Darío Franco adelanto a los dirigidos por Alfio Basile con un remate de cabeza de libro de texto, a la salida del primer saque de esquina del partido, ante el que Taffarel nada pudo hacer. La respuesta brasileña no se hizo esperar, Branco con un tiro libre majestuoso, puso el balón en la escuadra de la meta de Goycoechea, restableciendo así la paridad en el electrónico para los de Falcao.
Cuando todos los espectadores nos relamíamos con lo que se nos venia tras este comienzo de partido realmente fulgurante, y jugado de poder a poder, empezaron a aparecer las brusquedades y a hacerse muy dialogado el partido, que tuvo un definitivo punto de inflexión con la primera polémica del choque, producida cuando tras una falta aparentemente inocua para el desarrollo del juego, se enredan Caniggia y Mazinho. El "Pájaro" suelta el brazo, el jugador brasileño se revuelve y el arbitro paraguayo, después de las reclamaciones de todos decide expulsarlos a los dos, picándosele de manera definitiva el partido. En este juego de las expulsiones, paradójicamente salió perjudicada Brasil, que perdió el hilo del encuentro, recibiendo dos goles en siete minutos. Primero Darío Franco tras una excelente jugada de Leo Rodríguez, de notable torneo en el que sentó en el banquillo a Diego Latorre,y después Gabriel Batistuta con un excelente remate de cabeza que se coló junto al poste derecho de Taffarel, premiaron el mejor juego argentino poniendo un 3-1 que a la postre seria insalvable para Brasil.
Reacciono con entereza Brasil, incluso llego al 3-2, mediante un remate de Joao Paulo dentro del área mayor, poco después del gol de Batistuta, pero rápidamente se vio enredada en el oficio de un conjunto argentino, que estaba renovándose, puesto que algunos ilustres ya habían dejado la selección, pero que tenia muy buen recambio en jugadores como Simeone o Batistuta, de excelente torneo ambos. Del 3-2 al final del partido se jugo muy poco, hubo fricciones, diálogos …, y mucho trabajo para Carlos Maciel, que expulso por este orden a Carlos Enrique, Marcio Santos y Careca III.
A los dos primeros por agredirse mutuamente, mientras que al ultimo lo echo tras propinar un fuerte golpe en el rostro a Oscar Ruggeri, central argentino, cuando llevaba apenas un minuto sobre el terreno de juego, con tanta expulsión y pelea como era de esperar no hubo espacio para el futbol y se llego al final del juego con la victoria de los subcampeones del mundo por 3-2, que obtuvieron de manera merecida puesto que cuando se jugo, mostraron ser superiores, y cuando Brasil reacciono, tuvieron la sangre fría suficiente de meter el partido en el congelador y hacer valer sus intereses. Tanta tensión hubo en el partido que al final del mismo la policía chilena hubo de separar a Ruggeri y Branco, protagonistas de una fuerte polémica un año antes, en el mundial de Italia.
Como anécdota, les dejo como vivió Oscar Ruggeri, la ultima tarjeta roja del partido, y el largo "idilio" que mantuvo con Careca III, que acabo en una anécdota realmente genial.
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