domingo, 31 de mayo de 2015

Recuerdos de la Copa América (VII) - Brasil 1 Uruguay 0 - Copa América Brasil 1989

En nuestro serial de recuerdos sobre el torneo de selecciones mas antiguo del mundo, la Copa América, hoy retrocederemos al partido definitorio de 1989, entre las selecciones de Brasil y Uruguay que se disputo en un colmado estadio Jornalista Mario Filho. Con motivo del 75 aniversario de la Confederación Brasileña de Fútbol, se le concedió a Brasil la organización de la copa, que como veremos posteriormente ganaría ante Uruguay, en un partido tremendo, entre dos selecciones que en la liguilla final fueron muy superiores a Argentina y Paraguay, fue tan tremenda la definición que llegaron igualadas a todo a este ultimo partido. 



Dentro de que ya algunas cosas estaban cambiando en la selección brasileña, aun seguía siendo una selección que no rehuía llevar el dominio del juego, como demostró en los primeros compases del partido, dejando sin apenas salidas a una Uruguay a la que le costaba conectar con sus hombres ofensivos, y así generar algún contragolpe que hiciera temblar el dispositivo defensivo de cinco defensas que disponía Sebastiao Lazaroni, técnico de la tricampeona mundial. De hecho este partido fue el inicio de algunas cosas que se verían en Brasil a lo largo de los años, como por ejemplo la importancia de los laterales en el juego ofensivo, el conjunto "verdeamarelho" abrió muchísimo el campo, especialmente por la izquierda buscando a un muy activo Branco, que fue quien dio los primeros pases de riesgo a los puntas brasileños, Romario y Bebeto, pero que no acabaron en gol, bien por el trabajo de Zeoli, bien por la impericia de los mismos en el área rival. 

Tras esto, el partido siguió por los mismos derroteros, pero espesándose mas y mas, prevaleciendo el hecho de no recibir goles a hacerlos, llegando incluso las primeras brusquedades al partido, que fueron cortadas de raíz por el arbitro chileno Hernán Silva, con tarjetas amarillas para Rubén Sosa después de una fuerte falta sobre Bebeto cuando quería salir en contragolpe, y para Branco por empujar sin el balón en juego a un contrario. Aun siendo un partido caliente, como toda final, con las amarillas se bajo la tensión de los jugadores, aunque se debe resaltar lo nervioso que estuvo Romario durante el primer tiempo. Finalmente sin demasiadas cosas destacables, solo un potente tiro libre de Branco que Zeoli atrapo con mucha seguridad, se alcanzo el descanso del partido. 



La segunda parte comenzó con Uruguay poniendo algo mas de picante ofensivo, al menos en lo actitudinal, puesto que esto no se tradujo en peligro real, pasaron muy desapercibidos Francescoli y Rubén Paz, quedando los puntas uruguayos aislados del resto del equipo. Justamente cuando mas evidente era esta sensación, llego el gol brasileño, tras una apertura excelente de Taffarel con su mano, después de una cesión de Aldair, llego una magnifica jugada llevada a cabo por Mazinho y Bebeto, que culmino Romario llegando puntualmente al primer palo para rematar el centro de Mazinho, en una acción en la que Zeoli debió hacer más. Después del tanto brasileño, quedo un escenario nuevo y deseado especialmente por Lazaroni, Brasil cedió el balón y campo a Uruguay, para intentar salir al contragolpe, bien con balones largos sobre sus puntas, bien con desplazamientos sobre sus costados, donde sus laterales eran una constante amenaza, que con el correr de los minutos reforzó, dando entrada a un fresco físicamente Josimar por Valdo, pasando Mazinho al centro del campo. 



Mientras tanto Uruguay, no supo que hacer apenas con la iniciativa que le cedió Brasil, su centro del campo produjo muy poquito juego, y solo Rubén Sosa, que tuvo que bajar muchísimos metros para poder entrar en contacto con la pelota, era capaz de inquietar mínimamente a una cómoda selección brasileña que asentaba su dominio en la labor destructiva de Dunga, que pudo con los creadores charrúas. Intento Tabarez revertir esta situación con la entrada de Da Silva por Rubén Paz, liberando a Sosa para que pudiera hacer labores de enganche pero aun así la "celeste" poco pudo inquietar los dominios de un muy seguro Claudio Taffarel. Solo el desafortunadísimo partido de Silas, hombre de enlace brasileño con los puntas, impidió que Brasil pudiese disfrutar de buenos contragolpes para haber aumentado su ventaja, de hecho finalmente acabo Brasil defendiéndose con posesiones largas de balón al introducir a Alemao, añadiendo también aun mas trabajo al disciplinado entramado defensivo que dispuso Lazaroni aquel dieciséis de Julio de mil novecientos ochenta y nueve en el estadio de Maracana. En honor a la verdad estuvo más cerca el 2-0 que el empate a un gol, sobre todo con un remate de Bebeto, que atajo con seguridad Zeoli.



Finalmente valio el gol de Romario a los 49 minutos de partido, y Brasil alcanzo su cuarta Copa de América en esos momentos, dando un serio aviso al mundo de que al año siguiente se embarcarian en la aventura de ganar el mundial con todas sus armas afiladas, pero esa es otra historia de palos, mala suerte y un genial Diego Maradona que no acabo como el pueblo brasileño deseaba.


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